martes, 21 de febrero de 2017

LA RETÓRICA SOBRE LA EPIDEMIA DE LA OBESIDAD



Hoy comienzo una serie de cinco entradas con periodicidad mensual donde escribiré sobre los discursos basados en la epidemia de obesidad en la actualidad. El carácter crítico de estas entradas pretende hacer reflexionar sobre las certezas y las incertidumbres existentes sobre esta enfermedad.

En los últimos años la obesidad se ha convertido en una prioridad para las políticas de salud pública. Basándose en el aumento de su prevalencia, la obesidad ha sido catalogada como una epidemia en la sociedad occidental. Algunos autores han llegado a catalogar la obesidad como la epidemia del siglo XXI (MORENO; MONEREO; ÁLVAREZ, 2000).

La Organización Mundial de la Salud (en adelante OMS) y la Comisión Europea aseguran que el sobrepeso y la obesidad reducen la esperanza de vida, debido a las complicaciones metabólicas y cardiovasculares que producen (COMISIÓN EUROPEA, 2007; OMS, 2004). Las instituciones sanitarias españolas también muestran una gran preocupación con los temas relacionados con la salud y la obesidad.


Durante las últimas décadas los medios de comunicación no han dejado también de hacerse eco de esta preocupación de una forma alarmista. Recientemente, el diario El País, publicaba un artículo cuyo título reza "Europa se enfrenta a una epidemia de obesidad en 2030" (SEVILLANO, 2015). En él se advierte que Europa se enfrenta a una crisis de obesidad "de enormes proporciones". Esta noticia supuestamente se basa en evidencias científicas extraídas de diferentes fuentes, entre las que se menciona, las proyecciones presentadas por la oficina regional europea de la OMS, el Congreso Europeo de Obesidad celebrado en mayo 2015 en Praga, o un monográfico sobre obesidad publicado en el mes de febrero en la prestigiosa revista The Lancet. El diario El Mundo se hace eco también de esta noticia y resalta que en España estas cifras serán similares con un 70 % de personas con sobrepeso y un 30 % obesidad (LÓPEZ, 2015).



A pesar de estas dramáticas noticias, los resultados de las investigaciones no parecen siempre tan concluyentes. Los datos nacionales e internacionales recientes no parecen indicar nada nuevo respecto al siglo XX. De hecho, algunos trabajos han resaltado que el gran cambio en el discurso de la obesidad ha sido su retórica (CAMPOS, 2004; GARD, 2011; GARD; WRIGHT, 2005; OLIVER, 2006). Oliver (2006) ha denunciado la forma exagerada en que se ha informado sobre la obesidad y su predicción. De hecho, se han llegado a dar cifras desorbitadas de que la obesidad producía entre 300 y 400 mil muertes de norte americanos por año, cuando en realidad no es posible conocer el número de muertes relacionadas directamente con la obesidad. En esta misma línea, Gard y Wright (2005) compararon la retórica que utiliza la ciencia moderna en torno al discurso de la obesidad y aquel utilizado por los medios de comunicación (GARD; WRIGHT, 2005). En su comparación los autores manifiestan su sorpresa ante el modo hiperbólico del lenguaje que utilizan algunos científicos y cómo algunas de las opiniones y predicciones sobre la obesidad han sido formadas por exageraciones.





Ante las alarmas que diferentes instituciones y medios de comunicación han creado en torno a la epidemia de la obesidad, parece prudente revisar algunos de estos reclamos de acuerdo con las evidencias científicas. En este sentido, el presente artículo tiene un doble  objetivo. Por un lado, el artículo pretende mostrar que al menos tres de los principales reclamos realizados en torno a la obesidad mantienen ciertas incertidumbres. En concreto, como será defendido en los apartados siguientes: a) existen incertidumbres sobre que la obesidad vaya en aumento y sea una epidemia en España; b) no es demostrable que exista una relación directa entre peso y salud; y c) no es cierto que el sobrepeso y la obesidad sea una consecuencia únicamente del desequilibrio entre gasto y consumo energético.




Por otro lado, dado que  las ideas vertidas en torno a la epidemia de la obesidad, y sobre todo el modo exagerado y alarmista en que se producen, pueden tener consecuencias dañinas e impredecibles sobre las personas, un segundo objetivo es delinear algunos de los posibles riesgos de estas prácticas de comunicación. Con ello se pretende advertir que el lenguaje no es neutro, y que el modo en que la obesidad es construida en la opinión pública puede tener también efectos no deseados en la población.



















CAMPOS, Paul. The obesity Myth. New York: Gotham Books, 2004.                              

COMISIÓN EUROPEA. Libro blanco sobre la obesidad. Bruselas: Comisión Europea, 2007.

GARD, Michael. The end of the epidemic obesity. New York: Routledge, 2011.

GARD, Michael; WRIGHT, Jan. The obesity epidemic. Science, morality and ideology. Londres: Routledge, 2005.

LÓPEZ, Ángeles. Epidemia de obesidad en Europa. Madrid: El Mundo. 2015. Disponible en: < http:// www.elmundo.es/salud/2015/05/06/55490221ca4741b84a8b4585.html >. Acceso en: 25 jun. 2015.

MORENO, Basilio; MONEREO, Susana; ÁLVAREZ, Julia. La obesidad: La epidemia del siglo XXI. Madrid: Díaz de Santos, 2000.


OLIVER, J Eric. Fat politics: The real story behing America’s obesity epidemic. Oxford: Oxford University Press, 2006.
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Estrategia global sobre dieta, actividad física y salud. Ginebra: OMS 2004.


ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Nota informativa nº 311: Obesidad y sobrepeso. Ginebra, 2015. Disponible en: < http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/ >. Accesso: 3 feb.2015.



SEVILLANO, Elena. Europa se enfrenta a una epidemia de obesidad en 2030. Madrid: El País. 2015. Disponible en: < http://elpais.com/elpais/2015/05/06/ciencia/1430935011_546446.html >. Acceso en: 25 jun. 2015.